En Ixhuatlán de Madero, Veracruz,
morena es una opción política nueva, atractiva, limpia y diferente a todos los cartuchos quemados de siempre. En 2015 obtuvo alrededor de 500 votos, un año después, creció 150%, obteniendo más de 2200 votos, de los cuales, si se continúa con el ritmo de crecimiento de triplicar los votos, morena no solo puede alcanzar más de 6000 votos, sino dar la sorpresa de ganar.
Porque hay otro factor que no hemos tomado en cuenta, las elecciones pasadas donde morena participó fueron para elegir diputados federales y luego locales. Una característica que tienen los electores, es que se apasionan más cuando las elecciones son para cambiar al presidente municipal y presidente de la república.
Hay que agregarle otra novedad a la participación de morena en Ixhuatlán de Madero, el candidato o candidata a presidente municipal no saldrá de los caciques de siempre. El candidato de morena no será de la cabecera municipal, sino muy probablemente de la sierra otomí-tepehua-totonaco de este municipio.
El candidato de morena será una persona proveniente de uno de los grupos indígenas representativos de Ixhuatlán de Madero, con la preparación necesaria, con carisma o popularidad, sin historial negativo y otra característica no menos importante, es que será una persona joven; esos son los plus de morena para su crecimiento y eventual triunfo electoral en 2017.
Las circunstancias del municipio así lo exigen y morena está preparada para ofrecerle a la gente lo que espera, una opción de cambio real para las comunidades de Ixhuatlán de Madero, Veracruz.
Morena es una organización política
con tres principios básicos: No mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Es
un grupo de izquierda, el más importante en nuestro país actualmente, con una
postura clara sobre el actual sistema de poder que prevalece en México.
De la voz de su líder nacional,
Andrés Manuel López Obrador: morena propone cambiar radicalmente nuestro
sistema de gobierno, es decir, un nuevo modelo de política, un nuevo sistema de
economía, una nueva forma de convivencia social donde prevalecerán los valores,
con el fin de erradicar la corrupción, la simulación y la exclusión social.
Este tipo de planteamientos se perciben
de manera compleja para los electores. Son propuestas a las que no estamos
acostumbrados escuchar. Nos educaron a cambiar nuestro voto por una despensa,
por láminas y bloks, pero no nos dijeron que nuestro voto es un ejercicio al
derecho de elegir libremente a nuestras autoridades.
Nuestros políticos tradicionales
nunca nos dicen que los derechos humanos, el acceso sobre los servicios de
salud, educación y demás, son conquistas y resultados de las luchas sociales;
que se lograron a través de marchas, bloqueos, plantones, huelgas, tomas de
instituciones y pérdidas de vidas humanas a cambio de obtener lo que hoy
podemos exigir como derecho.
Cuando alguien se atreve a decir
que “gracias al gobierno” tenemos carretera, agua potable, luz eléctrica o
escuelas, está cometiendo un insulto o una burla hacia la lucha de los pueblos.
Nunca nos han regalado nada. Tuvo que levantarse en armas el EZLN en 1994 para
visibilizar a los pueblos indígenas de México. Producto de ello, son los
acuerdos de San Andrés Larrainzar, en donde se establecen las demandas de los
pueblos originarios y que el gobierno priista nunca quiso firmar.
Comandanda Ramona y el Sub Comandante Marcos, principales figuras del EZLN. Foto: Google. |
Sin embargo, entrado el siglo
XXI, después de visibilizar también el fracaso del TLC y del actual sistema
capitalista, el EZLN a través del CNI, donde integran diversas organizaciones
sociales, lograron la aprobación de la Ley General de Derechos Lingüísticos, establecido
en el Artículo 2º de la Constitución Mexicana. En esta ley, se reconoce la
diversidad cultural y lingüística que hay en México. Se promulgó lo que por
naturaleza siempre ha existido y que no nos habían reconocido, nuestro derecho a
hablar nuestras lenguas originarias, a escribirlas, a recibir educación a
través de ellas, a tener nuestros propios medios de comunicación y a recibir
atención médica e institucional en nuestras lenguas.
Algunos de esos derechos se
cumplen actualmente, como el que ya no nos castiguen por usar nuestra lengua en
los espacios públicos. Sin embargo, nos falta acceder plenamente a los medios
de comunicación, a los servicios de salud y educación de calidad. Nos falta el
respeto a nuestra autonomía, a la soberanía alimentaria y más.
¿Por qué me refiero al EZLN y a
morena para hablar de nuestra realidad nacional?
Porque son dos movimientos que
buscan prácticamente lo mismo, sin embargo, se diferencian porque uno (EZLN)
apostó al movimiento armado y otro (morena) sostiene que el cambio social se
puede dar de manera pacífica, ordenada y electoral, a través de la información
y el despertar de las conciencias.
Que si es fácil o no, depende del
criterio de cada quién.
El primer movimiento, que se vio
en la necesidad de recurrir a la violencia, el EZLN; actualmente está pasivo,
delimitado en su territorio, aunque constante. El segundo movimiento, morena,
actualmente es la propuesta política más clara para enfrentar los atropellos
del actual régimen de corrupción que impera en todo el territorio nacional.
Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de morena. Foto: Google. |
Morena es referencia necesaria, incluso por sus contrincantes porque es un movimiento que informa y empodera a la gente. Morena no utiliza dádivas, no condiciona programas sociales, es decir, no recurre a la corrupción ni a la simulación para lograr acceder a los espacios de gobierno que actualmente ocupa.
Muchos critican el hecho de que
la referencia moral de morena recaiga en una sola persona, su inmenso líder
nacional, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, es AMLO quien ha logrado
mover las masas que convergen en ese partido político y movimiento social.
Muchos militantes no estarían ahí de no ser porque AMLO está al frente de
morena, la esperanza de México.
Es cuestionable sí, que apostemos
a que el cambio de sistema se dé por la vía electoral. Sin embargo, nos corresponde
a los electores participar, verificar y vigilar nuestros votos.
Si queremos terminar con la
corrupción, primero debemos asumir el compromiso de no ser cómplices de ningún
acto de este tipo.
- No vender nuestro voto por una despensa o por
dinero en efectivo.
- Conocer nuestros derechos, ejercerlos y
exigirlos.
- Mantenernos informados, para no ser manipulados
a través de lo que dicen los medios masivos de comunicación.
- Ser autónomos, es decir, organizarnos en
nuestras comunidades, barrios y colonias.
-
Debemos defender nuestra soberanía alimentaria.
Decirle NO a los Oxxos, Sorianas y Whalmarts que desplazan nuestros mercados y
economías locales.
- Tenemos la obligación de cuidar el medio
ambiente, de poner la basura en su lugar, de respetar al prójimo y de defender a
los olvidados, a los débiles.
- Tenemos que ayudarnos unos a otros, teniendo
claro que ese acto obedece a nuestros valores, a que podemos ser felices
ayudando a los demás.
En fin, son muchos los
compromisos que debemos asumir antes de cuestionar si morena es capaz de hacer
o no lo que propone, porque resulta, queridos lectores, resulta que todos esos compromisos
recaen en nosotros, los electores. Nunca, ningún partido político podrá lograr
un cambio sustancial si sus electores no hacen lo que les corresponde hacer.
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